El Rociíto de Villamanrique ya antecede el próximo Paso de Hermandades

El primer repique de campanas, el simpecado que inaugura la subida a los porches, las primeras medallas, caballos y sentimientos rocieros. Todo ello a escala, pero de idéntica devoción. Basta esta pequeña descripción para explicar qué es el Rociíto Manriqueño. Una fiesta, una razón de ser que nace en la raíz de este municipio sevillano puerta de El Rocío, hogar de la Primera y Más Antigua Hermandad Rociera y localidad que lleva siglos demostrando un rocierismo sin parangón. Por eso, desde la más tierna infancia, el manriqueño ya es rociero. Por eso, los niños y niñas del pueblo salen con su hermandad, su carretita y sus minúsculas medallas, para agasajo de vecinos y miles de visitantes que anualmente disfrutan de lo que es considerado como el punto de inicio de las fiestasrocieras.  

La IX edición del Rociíto Manriqueño tendrá lugar en la tarde del próximo viernes, y estará protagonizada por más de un centenar de niños y niñas, encargados de llevar el simpecado de una Hermandad a escala. Una fiesta que se remonta a los primeros años del pasado siglo, pero que desde hace casi una década el Ayuntamiento de Villamanrique recuperó y que celebra como punto de partida de lo que la céntrica Plaza de España vivirá a partir de la próxima semana, con el Paso de Hermandades, Fiesta de Interés Turístico de Andalucía, que además, cumple este año la efeméride del Bicentenario desde el inicio de su celebración.